Si hay algo que estoy aprendiendo durante este tiempo que me he entregado al mundo de la escritura es la necesidad continua de aprender, la complejidad del oficio, la cantidad de recursos que se precisan para hacer que esa afición nacida al calor de algún tipo de virtud innata (en mi caso casi imperceptible), adquiera la técnica precisa para alcanzar cierto nivel de dignidad.
En ese camino, hace unos meses me matriculé en un taller de poesía que imparte ‘Espacio 17 musas’. Allí, dirigido por el poeta Benjamín Prado, tuve la ocasión de aprender algunos trucos, de escuchar atentamente muchos y buenos consejos y, lo más importante, escribir y leer lo que el resto de compañeras y compañeros del curso escribían sobre los temas propuestos por el ilustre y paciente profe.
Fruto de aquellos días finales del mes de marzo, la organización del curso ha editado y publicado una antología con los poemas que escribimos. Se trata de publicación digital que puedes descargar en este enlace. En ella, prologada por Prado, encontrarás textos muy interesantes de un puñado de gente de ambas orillas del español, agrupados bajo el título ‘Licencia para mentir’ (entre otros y otras, Nieves García-Cabrero, Puy Barral, Cynthia E. Morales, Antonio Ruiz García o Diego Villagordo)
Dentro de esos poemas hay un par con mi firma. Uno se centra en el Alzheimer. Fue el tema que Prado eligió para nuestros trabajos. Nos pidió ser lo más originales posibles, buscar puntos de vista diferentes, sorprender… Y, con toda modestia, es lo que intenté hacer. Me puse en la piel del profesional de la medicina que certificaba la enfermedad a un familiar directo. Esto fue lo que salió…

El segundo de los poemas quise escribirlo acerca de eso que ha venido a llamarse ‘nueva normalidad’. Cuando, con motivo de la Semana Santa, de nuevo la Comunidad de Madrid, se rindió a la extravagancia, numerosas fotografías nos llegaron desde la capital en las que un tropel de jóvenes llegados del resto de Europa (especialmente Francia), saciaban sus ansias de libertad indómita en las calles abiertas de una Madrid idílica para sus fines. Entre todas ellas, ésta publicada por El País y firmada por Olmo Calvo, fue la más icónica de todas. Sobre esa foto escribí una cadena de siete haikus titulada ‘Nueva normalidad’. Este fue el resultado.

Espero que los poemas sean de vuestro gusto y os animo a que os descarguéis la publicación ‘Licencia para mentir’. Encontraréis cosas muy interesantes que os va a merecer la pena.
Sigamos!!!